Por: Luis Sellán
En 1896 agobiado por las traiciones y
ante la inminencia del suicidio, Leandro N Alem fundador del radicalismo deja
en su testamento político una sentencia: “Que se rompa, pero no se doble”. Una
frase que significa que el radicalismo se podía romper- de hecho, se rompió
muchas veces y fue padre de partidos- pero nunca permitirse un doblez que
olvide sus principios: la causa por los desposeídos, la lucha contra el régimen
oligárquico conservador.
Mucha agua ha pasado bajo el puente y
hoy el radicalismo parece estar más cerca del olvido, el fracaso de la Alianza
donde el partido de Alem terminó pagando toda la cuenta, intentos de frentes
fallidos y su “rendición” en la convención de Gualeguaychú donde se entregó al
macrismo, parecen haberlo llevado al punto de la disolución final. Días pasados
una ruptura en el bloque de diputados pone en cuestionamiento cual puede ser
el rol de la UCR en estos tiempos, si puede recuperar algo de su ideología y
valores, algo de su mística que lo llevó al poder en 1983 producto del aluvión
alfonsinista. O quizás, transformarse en furgón de cola del tren fantasma
libertario.
Doce diputados radicales decidieron
romper con el bloque que preside el cordobés Rodrigo De Loredo- alguien que parece
salido de un personaje de Capussoto o Cha, cha-cha, una mezcla de Micky
Vainilla o Coty Nosiglia-no el influyente dirigente radical- sino la “Boluda
total” de Favio Alberti. Estos diputados cuyas figuras más visibles son: el neurólogo
Facundo Manes, Carla Carrizo y Pablo Juliano- hoy presidente del bloque
rebelde- todos bendecidos por la mano solitaria del senador Martín Losteau
fueron quienes se animaron y manifestaron su oposición al RIGI (alguno de
ellos), los DNU y rechazaron los vetos del presidente Milei al aumento
jubilatorio y presupuesto universitario. Nada garantiza que estos diputados
sean la garantía del renacer de una ideología popular y progresista que retome
las ideas de Lebhenson, karakachof, Illia y Alfonsín, pero algo es algo y las esperanzas
nunca se pierden, como dijera Ricardo Balbín parafraseando a Almafuerte, hasta el
moribundo, cinco minutos antes de la muerte tiene una oportunidad.
Del otro quedan los De Loredo Boys y
los cinco traidores que fueron a comer entraña asada con Milei a festejar el
veto, encabezados por el tucumano Mariano Campero, de apellido ilustre, pero trayectoria
olvidable. El tiempo dirá que saldrá de esta jugada, el camino de estos doce
diputados y el senador Losteau ha sido bastante sinuoso, pero ¿quién no, en
nuestra degradada política?
EL
TERROR A QUE LES DIGAN K
Uno de los miedos que parecieran tener los radicales
de hoy, es que los confundan con el kirchnerismo, votar con Unión por la Patria
parece ser un pecado superior a votar medidas que claramente afectan a todos
los argentinos, soportar el atropello a la democracia que día a día parece
realizar el gobierno, el enaltecimiento del darwinismo social, la ofensa constante
a los viejos, los docentes, los investigadores, los trabajadores de la cultura,
al periodismo y a los propios radicales, Milei no para de menospreciarlos y
ofender la figura de Raúl Alfonsín, reivindicando los noventa y convirtiendo a
Menem en un prócer argentino.
¿Y por casa como
andamos?
Hace dos semanas se hicieron elecciones en la provincia
de Buenos Aires ganando el oficialismo, que apoya al senador Abad aliado de Patricia
Bullrich en las elecciones del 2023. En Zárate, se impuso por amplio margen la
lista del Ateneo Illia, encabezado por la concejal María Elena Gallea que
destronó la lista que encabezaba Jerónimo Conte, terminando con años de reinando
de la ex diputada Sandra Paris. El ateneo Illia, surge de la rotura de varios dirigentes
radicales-algunos que presumíamos jubilados- con el sector de Paris y sus
manejos poco flexibles, sin dudarlo en las primarias del 2023 se alinearon detrás
de la candidatura de Marcelo Matzkin y Patricia Bullrich, yendo Gallea cómo
candidata a concejal y obedientes totalmente a la estrategia del PRO. Pregunta
al aire: ¿Violaron alguna norma estatutaria del radicalismo?, fueron leales a
los principios de Alem o se doblaron al mejor interés’. La jugada les salió
bien, ganó Matzkin, se garantizaron la concejalía y pusieron funcionarios,
entre ellos el actual presidente de la juventud radical. La duda es: ¿cuál será
a estrategia del radicalismo local en el 2025? ¿Seguirán en el apoyo a ciegas al gobierno municipal? ¿Si Juntos por el cambio finalmente confirma su
defunción y el PRO se alía con los libertarios, como todo hace presumir?, ¿Qué harán
los radicales del Illia, hoy conducción de Belgrano 915? ¿Mantendrán los
principios radicales o se pondrán la peluca y teñirán de violeta? Dudas para el
verano que viene.
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