Por
Mario Mazzitelli
Patria
o colonia. Revolución o contrarrevolución.
Si no sabemos que es el Ser,
no entendemos que es la Patria y desconocemos para qué la Revolución; entonces
avanza el no ser, se hace realidad el neocolonialismo y la contrarrevolución
disfruta su festín.
Si alguien cree que los
términos usados pertenecen al mundo abstracto de las ideas; le respondo que el
mundo abstracto de las ideas opera sobre la realidad en forma concreta. Y que,
conforme se mueva hacia un lado u otro, afectará la vida cotidiana de las
personas. Nadie está ajeno al influjo potente de esta dicotomía.
Los países con tradición
imperialista, colonialista o supremacista no tienen esta contradicción. Tienen
otras, cualitativamente distintas. Pero algunos estados, que hemos nacido desde
el vientre de una potencia colonial, al autogobierno y la independencia;
sentimos (en ese desafío) una suerte de desprotección, de miedo a la libertad,
de desorientación. Esa sensación parece impulsarnos a caer rendidos en los
brazos de cualquier potencia extranjera, para sentirnos seguros, perder el
miedo y encontrar una guía (claro que, desde una visión economicista, esta es
una característica de clase. Propia de la oligarquía y de los sectores
privilegiados, porque al síndrome descripto suman sus intereses materiales.
Pero si este sentimiento no estuviera extendido en vastos sectores de nuestra
población, difícilmente se hubieran afianzado procesos regresivos,
reaccionarios, neocolonialistas, enfrentados a la constitución de la Patria
Grande, etc.; opuestos al desarrollo de una identidad nacional. Por otro lado,
cambiando la constelación de potencias, esto también sucede en sectores del
campo popular y de la izquierda)
Los polos de la
contradicción
Si los principios democráticos
nos llevan a pensar en el beneficio del mayor número para el bien de todos; sin
duda “Ser, Patria y Revolución” es la tríada a la que nos volcaremos. Sí, en
cambio, lo que prevalece es una sensación de inseguridad, servil, elitista y
oligárquica; “no ser, neo colonia y contra revolución” será más atractiva.
Situados los polos de la
contradicción no deberíamos encandilarnos. En el tránsito por el río de la
vida, las dos orillas pueden ser tentadoras para unos y otros. Pero son de
imposible realización en términos absolutos. Se expresan como tendencias que van
a dar la impronta de un tiempo histórico. Puertos a los que no habrá amarre que
valga. Seguiremos un curso más cercano a una u otra orilla. Ahí reside la
verdadera disyuntiva de este tránsito colectivo por la vida. Y buena parte de
la suerte de cada uno. Ser o no ser…
Ahora ¿Con que espíritu se
realiza el Ser?
Alguien dijo: “Seamos un alma
y lo demás vendrá por añadidura”. En este sentido no encuentro palabras más
precisas y bellas que las de nuestra poeta Eladia Blázquez:
…
“Hay tantas maneras de no ser
Tanta conciencia sin saber
Adormecida...
Merecer la vida no es callar y
consentir
Tantas injusticias
repetidas...”
Dice a continuación:
“¡Es una virtud, es dignidad!
Y es la actitud de identidad
¡más definida!
Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir
Porque no es lo mismo que
vivir...
¡Honrar la vida!”
Interesante. Desde lo
espiritual, “No Ser” es: una “conciencia sin saber, adormecida”; es “callar y
consentir, tantas injusticias repetidas”. En cambio “Ser”: “es una virtud, es
dignidad; y es…identidad”.
¿Y el Ser que realiza el alma?
Es el pueblo. El pueblo es una
comunidad que habita un territorio común; que produce e intercambia medios de
vida; que convive en la vecindad (más allá de las distancias); que genera
afectos (odio y cariño); en la que prevalece una lengua (aunque conviva con
otras muchas regionales o barriales); que tiene un vínculo amoroso y económico
con la madre tierra; que admira a sus
padres fundadores; un pasado que lo identifica (más allá de las
diferencias); creencias religiosas similares; música, costumbres, tradiciones,
leyendas, escritores, artistas, científicos, productores, industriales,
maestros y maestras...que al evocarlos les conmueve el corazón. Es memoria
colectiva sobre hazañas históricas (aunque no las haya protagonizado); es el
deporte que lo identifica (con sus héroes deportivos); son las instituciones
(nacionales, provinciales o municipales); las múltiples asociaciones libres del
pueblo (cooperativas, sociedades de fomento, clubes, sindicatos, grupos
profesionales, empresarios, etc.) Esa es la materia del espíritu.
Tan inconcebible es un pueblo
sin alma, como un alma sin pueblo. La conformación de un pueblo es un proceso
histórico. “Ser” es su reafirmación. “No ser” su disolución.
Pasado y destinos comunes.
El pasado nos trajo hasta
aquí. Con sus luces y sus sombras (injusticias, aberraciones y tantos daños
contra la humanidad) Somos eslabones en la vida del pueblo. Sobrevivientes que
hasta aquí llegamos. Ocurre que no alcanza con un pasado común y un presente
miserable con un horizonte en cada fin de mes. Necesitamos recuperar el “alma”
original de nuestro himno nacional (Sean eternos los laureles, que supimos
conseguir: coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir) Necesitamos
un futuro, un proyecto, una aspiración, una esperanza común. Para que cada uno
se realice como condición para la realización de todos.
¿Y la identidad?
¿Dónde encontramos la
identidad de nuestro Ser? Diría en la
multitud de grandes y pequeños episodios e ideas que fueron conformando,
durante más de dos siglos, el proceso de constitución de nuestra Patria.
En ese enjambre de episodios e
ideas, lleno de contradicciones, con múltiples interpretaciones, documentos
varios, etc. ¿Podemos encontrar una guía para “la conciencia sin saber” o
“adormecida” para recuperar el Ser? Personalmente creo que sí. Esa guía la
podemos encontrar en muchos lados. Podemos buscar el Ser en los hechos y en los
dichos.
Los hechos.
Propongo algunos que fueron
definiendo nuestro Ser: la gestación de la democracia en los Cabildos de la
colonia, la victoria en la primera y segunda invasión inglesa a Buenos Aires,
el papel de los pueblos originarios, la revolución de Mayo, las batallas por la
Independencia y su legado -todavía incumplido, de la Patria Grande, soñado por
José de San Martín y Simón Bolívar-, el éxodo jujeño, la lucha por abolir la
esclavitud, las prácticas revolucionarias del federalismo popular y democrático
-que con Artigas señaló el camino de la unidad y la liberación-, el cruce de
los Andes, la resistencia al regreso colonialista con la tercera invasión
inglesa -apoderándose en 1933 por la fuerza de nuestras islas Malvinas y
volviendo en 1982, a través del “crimen de la guerra”-, la Vuelta de Obligado,
el proceso de institucionalización de la Unidad Nacional, la dignidad de
nuestra política exterior, las luchas revolucionarias por el sufragio universal
y el ejercicio sagrado del voto, la idea del partido socialista -de cambiar el
orden existente por otro más justo y progresista-, las luchas del movimiento
obrero y popular en el Centenario de 1910, en la Semana Trágica de enero de
1919 y en la Patagonia Rebelde de 1921; la lucha de los estudiantes y la
Reforma Universitaria de 1918; la masificación del conocimiento y la cultura,
nuestros premios Nobel, el surgimiento y desarrollo de las organizaciones
sindicales, las cooperativas, las universidades populares generadas por el
socialismo, el anarquismo y más tarde el peronismo; el 17 de Octubre de 1945,
los avances en los derechos de los trabajadores, los programas obreros de La
Falda de 1957, de Huerta Grande de 1962 y el Programa del 1° de Mayo de 1968 de
la CGT de los Argentinos, las resistencias frente a las proscripciones
electorales, la creación de los organismos en defensa de los derechos humanos
-frente a la violencia del régimen-, las luchas contra las dictaduras, las
madres de Plaza de Mayo, los héroes de Malvinas, el juicio sobre la deuda
externa...., la recuperación democrática de 1983, las puebladas frente a la
reconversión colonial de los 90 …y todas las luchas por la vida, la dignidad y
la soberanía que ha protagonizado nuestro pueblo desde entonces.
Tenemos materia de sobra para
Ser, mostrar identidad, tener una Patria que nos llene de orgullo.
Sí, vendrá de abajo o no
vendrá. San Martín: “Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar, no
quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviaran tres sirvientes
por cada hijo para no tener que pagar las multas, dicen que a ellos no les importa
seguir siendo colonia. Sus hijos quedan en sus casas gordos y cómodos, un día
se sabrá que esta Patria fue liberada por los pobres, y los hijos de los
pobres, nuestros indios y los negros, que ya no volverán a ser esclavos”
Las ideas.
Además de los hechos, podemos
descubrir el Ser en muchos escritos, discursos, poemas o canciones. Son
tantos... En muchos casos será necesario recortarlos. No para reescribir la
historia desde una visión sesgada. No para edulcorar lo que está escrito. Sino
para podarle las ramas necrosadas (porque fueron el fruto de luchas apasionadas
de un momento extinguido) y poder rescatar lo que tienen de esencial, aquello
que unifica, fortalece, resulta virtuoso y nos proyecta al porvenir.
Ésa es una tarea de este
tiempo histórico para quienes nos definimos por el Ser, la Patria y la
Revolución. Cada uno rastreando el Ser en la diversidad de autores que iluminan
el mundo de las ideas. Si somos muchos, la tarea de reconstrucción será más rápida
y sencilla, frente a tanto alineamiento apátrida.
Necesitamos retomar la
Revolución.
Yo elijo unos párrafos del
“Dogma Socialista”, escrito por Esteban Echeverría en la década de 1830. Creo
que a partir ellos podemos obtener mucha información para ratificar la voluntad
de “Ser, de Patria y de Revolución”. Lo digo porque Argentina ha sido tan
degradada que la palabra “cambio” se volvió el “no ser”. Ya no es un “cambio”
lo que necesitamos. Es una Revolución, sostenida en valores y principios. Del
pueblo, por el pueblo y para el pueblo, nacional, latinoamericana y humanista.
Van estas líneas, el lector me
dirá si está de acuerdo.
Asociación.
Sin asociación no hay
progreso, o más bien ella es la condición forzosa de toda civilización y de
todo progreso.
No puede existir verdadera
asociación sino entre iguales. La desigualdad engendra odios y pasiones que
ahogan la confraternidad y relajan los vínculos sociales.
Para que la asociación
corresponda ampliamente a sus fines, es necesario organizarla y constituirla de
modo que no se choquen ni dañen mutuamente los intereses sociales y los
intereses individuales, o combinar entre sí estos elementos: el elemento social
y el individual, la patria y la independencia del ciudadano. En la alianza y
armonía de estos dos principios estriba todo el problema de la ciencia social.
La política debe encaminar sus
esfuerzos a asegurar por medio de la asociación a cada ciudadano su libertad y
su individualidad.
La sociedad debe poner a cubierto la independencia
individual de todos sus miembros, como todas las individualidades están
obligadas a concurrir con sus fuerzas al bien de la patria.
La sociedad no debe absorber
al ciudadano, o exigirle el sacrificio absoluto de su individualidad. El
interés social tampoco permite el predominio exclusivo de los intereses
individuales, porque entonces la sociedad se disolvería, no estando sus
miembros ligados entre sí por vínculo alguno común.
Ninguna autoridad legítima
impera sino en nombre del derecho, de la justicia y de la verdad. A la voluntad
nacional, verdadera conciencia pública, toca interpretar y decidir
soberanamente sobre lo justo, lo verdadero y lo obligatorio; he aquí el dominio
de la ley positiva. Pero más allá de esa ley y en otra esfera más alta, existen
los derechos del hombre, que siendo la base y la condición esencial del orden
social, se sobreponen a ella y la dominan.
Para ejercer derechos sobre
sus miembros, la sociedad debe a todos: justicia, protección igual y leyes que
aseguren su persona, sus bienes y su libertad.
La institución gobierno no es
útil, moral y necesaria sino en cuanto propende a asegurar a cada ciudadano sus
imprescriptibles derechos, principalmente su libertad.
La perfección de la asociación
está en la razón de la libertad de todos y cada uno. Para conseguirla es
necesario predicar fraternidad, desprendimiento, sacrificio mutuo entre los
miembros de una misma familia. Es necesario trabajar para que todas las fuerzas individuales, lejos de
aislarse y reconcentrarse en su egoísmo, concurran simultánea y colectivamente
a un fin único: al progreso y engrandecimiento de la nación.
El predominio del
individualismo nos ha perdido. Las pasiones egoístas han sembrado la anarquía
en el suelo de la libertad, y esterilizado sus frutos; de aquí resulta el
relajamiento de los vínculos sociales: que el egoísmo está entrañado en todos
los corazones y muestra en todas partes, su aspecto deforme y ominoso; que los
corazones no palpitan al son de las mismas palabras, y a la vista de los mismos
símbolos; que las inteligencias no están unidas por una creencia común en la
patria, en la igualdad, en la fraternidad y la libertad.
Asociación, progreso,
libertad, igualdad, fraternidad, términos correlativos de la gran síntesis
social y humanitaria; símbolos divinos del venturoso porvenir de los pueblos de
la humanidad.
El camino para llegar a la
libertad es la igualdad; la igualdad y la libertad son los principios
engendradores de la Democracia.
La Democracia es, por
consiguiente, el régimen que nos conviene, y el único realizable entre
nosotros.
Progreso
“La humanidad es como un hombre que vive siempre, y
progresa constantemente”.
Un pueblo que no trabaja por
mejorar de condición no obedece a la ley de su ser.
La revolución para nosotros es
el progreso.
Cada pueblo tiene su vida y su
inteligencia propia. “Del desarrollo y ejercicio de ella, nace su misión
especial, la cual concurre de lleno a la misión general de la humanidad. Esta
misión constituye la nacionalidad. La nacionalidad es sagrada.
Un pueblo que esclaviza su
inteligencia a la inteligencia de otro pueblo, es estúpido y sacrílego.
Un pueblo que se estaciona, y
no progresa, no tiene misión alguna, ni llegará jamás a constituir su
nacionalidad.
Fraternidad.
“Por la
ley de Dios y de la humanidad todos los hombres son hermanos. Todo acto
de egoísmo es un atentado a la fraternidad humana.”
“La fraternidad humana es el
amor mutuo, o aquella predisposición generosa que inclina al hombre a hacer a
los otros lo que quisiera que se hiciese con él”
El egoísmo es la muerte del
alma. El egoísta no siente amor, ni caridad, ni simpatía por sus hermanos.
Todos sus actos se encaminan a la satisfacción de su yo; todos sus pensamientos
y acciones giran en torno a su yo; y el deber, el honor y la justicia son
palabras huecas y sin sentido para su espíritu depravado.
La fraternidad es la cadena de
oro que debe ligar todos los corazones puros y verdaderamente patriotas; sin
esto no hay fuerza, ni unión, ni patria.
Igualdad.
“Por ley de Dios y de la
humanidad, todos los hombres son iguales.”
La igualdad consiste en
que…derechos y deberes sean igualmente admitidos y declarados por todos, en que
nadie pueda substraerse a la acción de
la ley que los formula, en que cada hombre participe igualmente del goce
proporcional a su inteligencia y trabajo. Todo privilegio es un atentado a la
igualdad.
No hay igualdad donde la clase
rica se sobrepone y tiene más fueros que las otras.
Donde cierta clase monopoliza
los destinos públicos.
Donde las contribuciones no
están igualmente repartidas y en proporción a los bienes e industria de cada
uno.
Donde la clase pobre sufre
sola las cargas sociales más penosas…
La sociedad o el poder que la
representa, debe a todos sus miembros igual protección, seguridad, libertad…
La potestad social no es moral
ni corresponde a sus fines si no protege a los débiles, a los pobres y a los
menesterosos, es decir, si no emplea los medios que la sociedad ha puesto
en su mano para realizar la igualdad.
Ilustrar a las masas sobre sus
verdaderos derechos y obligaciones, educarlas con el fin de hacerlas capaces de
ejercer la ciudadanía y de infundirles la dignidad de hombres libres,
protegerlas y estimularlas para que trabajen y sean industriosas, suministrarles los medios de adquirir
bienestar e independencia; he aquí el modo de elevarlas a la igualdad.
La única jerarquía que debe
existir en una sociedad democrática, es
aquella que trae su origen en la naturaleza, y es invariable y necesaria
como ella.
La inteligencia, la virtud,
la capacidad, el mérito probado: he aquí
las últimas jerarquías de origen natural y divino.
El dinero jamás podrá ser un
título, si no está en manos puras, benéficas y virtuosas.
El problema de la
igualdad social, está empeñado en este
principio: “A cada hombre según su
capacidad, a cada hombre según sus
obras”.
Libertad.
“Por la ley de Dios y de la humanidad todos los hombres son
libres.”
“La libertad es el derecho que cada hombre tiene
para emplear sin traba alguna sus facultades en el conseguimiento de su
bienestar y para elegir los medios que puedan servirle a este objeto.”
El libre ejercicio de las libertades individuales no debe causar
extorsión ni violencia a los derechos de otro. …la libertad humana no tiene
otros límites.
El cristianismo
El cristianismo trajo al mundo
la fraternidad, la igualdad y la libertad; y rehabilitando al género humano en
sus derechos, lo redimió. El cristianismo es esencialmente civilizador y
progresivo.
Amad a vuestro prójimo como a
vosotros mismos; amad a vuestros enemigos, dice Cristo…
Continuación de las
tradiciones progresivas de la revolución de mayo.
La revolución americana, como
todas las grandes revoluciones del
mundo, ocupada exclusivamente en
derribar el edificio gótico labrado en siglos de ignorancia por la tiranía y la
fuerza, no tuvo tiempo ni reposo bastante para reedificar otro nuevo, pero
proclamó, sin embargo, las verdades que el largo y penoso alumbramiento del
espíritu humano había producido, para que sirviese de fundamento a la
reorganización de las sociedades modernas.
Los revolucionarios de mayo sabían que la primera exigencia de
América era la independencia de hecho de la metrópoli, y que para fundar la
libertad era preciso emancipar primero la patria. Absortos en ese pensamiento,
echaron, sin embargo, una mirada al porvenir y bosquejaron de paso a las
generaciones venideras el plan de la obra inmensa de la emancipación argentina.
En sus decretos y leyes,
improvisadas en medio de los azares de la lucha y del estrépito de las armas,
se hallan consignados los principios eternos que entran en el código de todas
las naciones libres.
La libertad individual de expresar y publicar
las ideas sin previa censura. Ellas dicen “que el cuerpo social debe garantir y
afianzar los derechos del hombre, aliviar la miseria y desgracia de los
ciudadanos y propender a su prosperidad e instrucción; que la ignorancia es
causa de la inmoralidad que paga todas las virtudes y produce todos los
crímenes; que las cárceles son para
seguridad, no para castigo de los reos; que el crimen es la infracción
de la ley vigente; que todo ciudadano debe sobrellevar cuantos sacrificios
demande la patria en sus necesidades y peligros, sin que exceptúe el de la
vida; y que por su parte cada ciudadano
debe contribuir al sostén y conservación de los derechos de sus conciudadanos y
a la felicidad pública, que un habitante…, ni ebrio, ni dormido debe tener
inspiraciones contra la libertad de su patria; en fin, declaran que solo el
pueblo es el origen y creador de todo poder.
La soberanía paso de los opresores a los oprimidos, de los
reyes al pueblo, y nació de repente en las orillas del Plata la Democracia; y
la Democracia crecerá; su porvenir es inmenso.
Independencia de las
tradiciones retrógradas que nos subordinan al antiguo régimen.
Un orden político nuevo exige
nuevos elementos para constituirlo.
Las costumbres de una sociedad
fundada sobre la desigualdad de clases, jamás podrán fraternizar con los
principios de igualdad democrática.
…la democracia exige acción,
innovación, ejercicio constante de todas las facultades del hombre, porque el
movimiento es la esencia de la vida.
…en una sociedad democrática solo son dignos, sabios y
virtuosos y acreedores a consideración, los que propenden con sus fuerzas
naturales al bien y la prosperidad de la patria.
Organización de la patria
sobre la base democrática.
La igualdad y la libertad son
los dos ejes centrales, o más bien, los dos polos del mundo de la Democracia.
La Democracia parte de un
hecho necesario, es decir, de la
igualdad de clases, y marcha con paso
firme hacia la conquista del reino de la libertad más amplia, de la libertad individual, civil y política.
La Democracia no es una forma
de gobierno, sino la esencia misma de todos los gobiernos republicanos o
instituidos por todos para el bien de la comunidad…
La Democracia es el régimen de
la libertad, fundado sobre la igualdad de clases.
Todas las asociaciones políticas modernas tienden a establecer la
igualdad de clases, y puede asegurarse, observando el movimiento progresivo de
las naciones…”que el desenvolvimiento gradual de la igualdad de clases es una
ley de la Providencia, pues reviste sus principales caracteres; es universal,
durable, se substrae de día en día al poder humano, y todos los acontecimientos
y todos los hombres conspiran sin saberlo a extenderla y afianzarla”.
La Democracia camina al nivelamiento de las condiciones, a la
igualdad de clases.
La igualdad de clases envuelve
la libertad individual, la libertad civil y la libertad política. Cuando todos
los miembros…estén en posesión plena y absoluta de estas libertades, y ejerzan
de mancomún la soberanía, la democracia se habrá definitivamente constituido
sobre la base incontrastable de la igualdad de clases.
Fin de la selección de
párrafos del Dogma Socialista de Esteban Echeverría.
Creo que son parte
constitutiva de nuestro Ser. Debemos incorporar otros –dado que estos van a
cumplir 200 años- pero sin alterar la esencia de estos.
Los ricos usan a sus
sirvientes para confundir, difundiendo ideas contrarias a la esencia de nuestro
Ser. Es una lucha. Ellos con sus privilegios. Nosotros con la asociación, la
igualdad, la fraternidad y la democracia. Esta lucha entre el “no ser, la colonia
y la contrarrevolución” contra el “Ser, la Patria y la Revolución, está en
pleno desarrollo. Con final incierto.
Mucho depende de cada uno.